Triunfal reaparición de Diosleguarde, a hombros con Morante y De Justo

Guijuelo se vistió de gala para la reaparición de Manuel Diosleguarde. El ‘No hay billetes’ se colgó desde el miércoles, y las colas para entrar eran eternas. Tanto, que el festejo se tuvo que retrasar 10 minutos. Mientras tanto, Manuel, vestido como el día de la trágica cornada de Cuéllar, se liaba el capote de paseo con una sonrisa, como si fuera un niño la mañana de Reyes. Tras el paseíllo, sonó el Himno de España, y después la plaza entera en pie hizo saludar a Diosleguarde. El primero de la tarde, de la ganadería del Capea, se quedó corto por el izquierdo en el capote de Morante, condición que no mejoró en la muleta. Pese a no tener excesiva transmisión ni clase, principalmente por un cierto trote cochinero, el de La Puebla logró pegarle derechazos buenos, algunos larguísimos. Finalizó la faena con ayudados por alto, rematados por dos toreros trincherazos. Oreja, tras una buena estocada. El cuarto no tenía fuerza alguna. Desde que salió, muy pocos apostaban por él. Pero clase tenía, y con eso el maestro de La Puebla es capaz de hacer un faenón, como así fue. Sin poder bajar la mano, siempre a media alturita, dio varias tandas de naturales de una torería y un sabor, logrando que el toro, que no metía mal la cara, no se doblara de manos, llenando de arte la plaza de toros de Guijuelo, con un público entregado. Cada vez se fue entregando más Morante, arrebatado por momentos y pasándose al toro por la faja. Finalizó la faena con sevillanos ayudados por alto. El pinchazo previo a la estocada dejó la labor en dos orejas, aunque hubo petición de rabo. Al segundo de la tarde lo recibió Emilio de Justo por verónicas por bajo, abrochadas por una larga. Tras brindar a Diosleguarde, el extremeño comenzó su labor por bajo, sacándose al toro hasta los medios, pese a la molesta brisa que no cesó. Comenzó el toreo en redondo por la diestra, acudiendo presto el animal, sometiéndolo Emilio desde el principio, con tandas de gran transmisión, dejándole el torero siempre la muleta puesta al animal y tirando de él con mucho temple. Algunos muletazos desmayados pusieron al público en pie. Terminó de exprimir al del Capea por naturales a pies juntos, siendo algunos extraordinarios. Mató de un estoconazo de los suyos, pero el mal uso del descabello dejó la labor en una oreja, y vuelta al enclasado toro. Otro alboroto formó Emilio de Justo con el quinto. Tras brindar al público, comenzó por bonitos ayudados por bajo, y un trincherazo sensacional, también por bajo. El buen toro permitió a Emilio dibujar unos despaciosos muletazos por ambos pitones, especialmente al natural. Finalizó la faena por ayudados, esta vez por alto y habría desorejado a su oponente de no ser por el mal uso del acero. No obstante, cortó una oreja. Guijuelo Plaza de toros de Guijuelo. Domingo, 23 de abril de 2023. Lleno. Toros del Capea, vuelta al 2º. Morante de la Puebla, de Lila y oro. Estocada entera (oreja), pinchazo y casi entera (2 orejas). Emilio de Justo, de tabaco y oro, estocada entera y 3 descabellos (oreja), pinchazo y estocada desprendidilla y tendida (oreja). Manuel Diosleguarde, de grana y oro, estocada caída (2 orejas), estocada entera atravesada (oreja). Cuando se anunció la salida del tercero, el público volvió a aplaudir a Diosleguarde. Recibió al animal por verónicas, tropezándose Manuel con el capote, quedando todo en un susto. Brindó a la doctora de Cuéllar, que le salvó la vida, y comenzó con una declaración de intenciones: de rodillas. El toro no iba muy claro, pero a Diosleguarde no le importaba. Era su tarde, sus compañeros ya habían tocado pelo, y no estaba dispuesto a dejarse ganar la pelea. Como si nada hubiera pasado estos ocho meses anteriores, logró meritorios muletazos a un toro que noble pero que decía poquito. Acabó la faena en las cercanías. La ejecución de la estocada fue perfecta, yéndose los posibles fantasmas que le quedaran. La colocación no quedó igual, pero cortó dos merecidas orejas. Diosleguarde recibió al sexto con dos verónicas muy buenas, abrochadas por una templada media. Después, quitó por chicuelinas rematadas con una larga. Comenzó su labor doblándose con el toro, pero el animal pasaba por ahí, sin decir mucho, y menos dijo después de clavar un pitón al principio de la faena. Pegado a tablas tuvo que acabar Manuel su labor, realizando templados circulares invertidos, y metiéndose entre los pitones, porque poco más se podía hacer frente a este toro. Mató de una estocada entera, atravesada que hizo ligeramente guardia. Otra oreja al esportón.

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