Xavi revienta el libreto de Ancelotti

PESTAÑA madrid-barcelona-final-supercopa22/23 Crónica 4 Se confirma que enero y febrero serán un pequeño calvario para el Madrid. Ha de salvar el Mundial de Clubes y reformarse antes de que llegue el Liverpool. Convendría volver al repliegue, a acularse atrás, a buscar una nueva humildad porque el Madrid es un campeón con problemas. Volvemos a ver trazos de un equipo mal cosido. Lo volvió a revelar el Barcelona de Xavi, que esta vez no se fue como un kamikaze cruyffista hacia el rival sino como otra forma de fútbol control, esperando que el propio Madrid le regalara las ocasiones como fruta madura cayendo de los árboles de su defensa. El Madrid empezó espabilado, con ganas. Camavinga estaba airoso en el recorte y Vinicius recibía, con beneplácito arbitral, la sacudida de Araújo a modo de saludo. Noticias Relacionadas estandar No Fútbol Adiós a la infalibilidad blanca en las finales Rubén Cañizares estandar No Fútbol Palmarés de la Supercopa: el Barça se distancia J. A. P. Ese brío inicial del Madrid, que ganó la primera batallita del nervio, tuvo como respuesta la aparición de Lewandowski , auténtico nueve y, por tanto, auténtico faro del equipo. Disparó un violento chut desde el borde del área que Courtois paró de forma inverosímil, llegando abajo con la mano mientras sus piernas se elevaban por los aires, como haciendo palanca de sí mismo. EL Barça ya empezaba a hacer valer su lento amasijo de toques, a lo que el Madrid, en posición ya clásica, respondía con algunos latigazos, como la carrera gordillesca de Mendy, con centro que remató Benzema, fuera por poco. Un regate de Vini, vainica doble sobre Koundé y Araújo, levantó los ¡oh! de Riad y sacó al domingo de su depresión estructural… Pero Vinicius ya juega rodeado de dos y hasta de tres por sistema, como si estuviera necesitado de una salvación táctica que no llega . Xavi, con su trenka, parecía un Harry Potter de La Masía, el toque era académico, estaba feliz; Ancelotti mascaba con confianza yanqui su ‘chewing gum’ porque el lento vals culé todavía tenía menos visos de peligro que el posible contragolpe madridista. Pero ese equilibrio que tenía contentos a los dos fue roto por una acción de Rudiger : regaló la pelota en la salida y el error lo aprovechó el Barcelona (Busquets encimaba a Camavinga muy arriba) con rapidez mecanizada. Gavi marcó y su celebración descargaba una rabia que era, a la vez, generacional y de toda la vida. El Madrid recibía otro gol por un error defensivo en la entrega. Esto habla mal de algo. La salida de la pelota es sucia, defectuosa . Se puede achacar a la concentración, pero cuando se repite varias veces parece revelar un fallo más profundo. No fue el único. El Barça se envalentonó. Su centro del campo estaba formado por la oxitocina, la endorfina, la serotonina y la dopamina y en el 45 marcó el segundo en una lamentable presión del Madrid, que se fue descomponiendo solo con los movimientos suicidas de sus defensas. El gol lo remató Lewandowski, pero se había fabricado instantes antes, cuando el Madrid se deshizo presionando. El Madrid falló en la salida de la pelota, fallo personalizable en Rudiger, y falló en una presión colectiva inexacta y desacompasada. Se fue al descanso empequeñecido y salió con Rodrygo por Camavinga, cuya psicología parece no importar, como si no tuviera estado de ánimo. Courtois salvó otro gol a Dembélé en una jugada en la que Balde había superado a Carvajal como un tren bala a un Seiscientos . La jugada era elocuente; el Madrid no podía irse a presionar arriba, la pelota era del Barça y Modric y compañía transmitían un cansancio infinito. El partido estaba mucho más cerca de otro 0-4 que de una remontada. Impotencia colectiva, colapso madridista en enero . Ancelotti debería usar la Copa para dar entrada a los mejores canteranos e intentar un cambio al ‘libreto’ de la temporada pasada, que ya pasó a la historia: repliegue intensivo y nueva rearme defensivo del equipo. El Madrid se entonó un poco endureciendo su presión, aunque seguía en su campo la mayor parte del tiempo, pero ¿quién puede pedirle ya humanamente a Modric que presione? ¡Que alguien tire la toalla, que alguien diga basta ya y acabe con este sufrimiento! Salió por Ceballos por él y con su juego gelatinoso regaló otro balón al Barcelona, que en semicontra electrizante marcó el 0-3, con pase de Gavi a Pedri. El gol postrero de Benzema fue mero maquillaje de la honrilla y puñeta a los cronistas. Fatiga de materiales y fatiga de ideas en el Madrid , que ahora mismo tiene a Courtois, alrededor del cual se debería arremolinar, y a Vinicius, solo frente al mundo, rodeado ya o ionizado siempre por tres rivales, como si fuera ya él un átomo envuelto por un protón (el lateral), un neutrón (el central) y un electrón (el mediocampista de apoyo) que le dan vueltas en cada carrera que intenta. La energía de Valverde claudicaba ante la de Gavi, como en un simbólico y diminuto, transitorio, traspaso de hegemonía y el Madrid, incapaz de presión, jadeante tras la pelota, inclinaba su testa coronada ante el Barcelona. Otra victoria doctrinal de Xavi antes de primavera de la que el Madrid podría sacar provecho. Ancelotti debe tomar medidas desde ya.

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